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Las maravillosas funciones vitales de la piel

Las maravillosas funciones vitales de la piel

Roger castell

            La piel es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano para el mantenimiento de la salud, pero la mayoría de los adultos desconocen este papel esencial y malinterpretan la realidad de las diversas funciones que realiza y que presentaremos después de recordar su composición y constitución.

1 – Composición de la piel

            La piel es el órgano más grande y pesado del cuerpo humano, ya que cubre la superficie de 2 m2 con un peso estimado de 3,5 kg. Desde un punto de vista químico, la piel incluye en promedio 70% agua, 27,5% proteínas, 2% grasas y 0,5% sales minerales y oligoelementos (1). A nivel físico, el pH (potencial ácido-base) de 4,7 a 5 muestra un valor medio ácido, altamente hidratado y altamente protector contra las bacterias patógenas que suelen prosperar en un medio básico. Sin embargo, para no modificar este pH, el agua y los productos utilizados (jabones, cremas, ungüentos, etc.) deben ser bastante ácidos, lo que rara vez ocurre. (2). Finalmente, la piel normalmente tiene un potencial antioxidante (rH2) eficaz y de gran resistencia a los numerosos ataques a los que nos enfrentamos. Pero las capacidades de defensa son muy variables porque dependen del nivel de vitalidad de cada uno de nosotros.

            Estos diversos datos atestiguan la importancia que la piel debe jugar en la preservación de la vida, recordando en particular la alta concentración de agua (70%), proteínas (27,5%), la ausencia total de azúcares y el papel fundamental de los productos de higiene a elegir bien, para obtener un mantenimiento sin inconvenientes y que sea realmente efectivo.

2 – Estructura de la piel

            La piel está formada por tres capas de tejidos superpuestos íntimamente relacionados, cada uno de los cuales tiene funciones específicas: la epidermis, la dermis y la hipodermis (ver diagrama). Pero también existen otras envolturas de tipo energético (etéricas, áuricas, psíquicas, etc.), mencionadas por Alain de Luzan en su artículo y que presentaremos en otro dossier.

            la epidermis

            Esta parte externa semipermeable de la piel, de menos de un milímetro de espesor, tiene varias capas de células, incluida una capa superficial córnea que brinda protección. Debajo de esto está la capa basal ondulada no reconocida pero muy activa. Según el biólogo Marchesseau (3) esta capa recibe y transforma los productos de desecho de los tejidos y la sangre de los capilares vecinos, fabrica vitamina D a partir del colesterol y protege la piel de los dañinos rayos solares, dorándola, activando la secreción de melanina (pigmento marrón), para evitar el riesgo de oxidación y de quemado. Constituye una verdadera barrera protectora contra los factores externos (contaminación, sol, frío) y los riesgos de pérdida de agua interna. Finalmente, asegura la renovación celular permanente para reemplazar las células desgastadas, que migran gradualmente al estrato córneo compuesto por células muertas (caspa), que se eliminan cuando el sujeto se lava, se viste y se activa. El ciclo completo de creación de nuevas células y transformaciones para obtener el estrato córneo es de 15 a 22 días. (4).

       la dermis

            Ubicada debajo de la epidermis, la dermis es la capa interna de la piel, 4 veces más gruesa que la epidermis. La dermis protege y repara los tejidos dañados (cortes, rozaduras), gracias al colágeno que la compone, que le permite crear tejido cicatricial. La dermis nutre la epidermis y contiene terminaciones nerviosas, vasos sanguíneos, a veces tejido adiposo y sobre todo el glándulas que favorecen la eliminación de toxinas. Las glándulas sudoríparas producen sudor, las glándulas sudoríparas apocrinas son las responsables del olor corporal, las glándulas sebáceas contienen las raíces de los folículos pilosos (pelo y cabello) y secretan sebo, una biopelícula hidrolipídica que protege y suaviza la epidermis.

            L'hypoderme

            Ubicada debajo de la dermis, la hipodermis es un tejido conectivo adiposo atravesado por los nervios y los vasos que llegan a la dermis. Desempeña varios papeles, incluido el de amortiguar las presiones a las que se somete la piel, especialmente en las nalgas y los talones, proteger cuerpo de las variaciones de temperatura (aislamiento), tienda grasas (reserva de energía), acumulador residuos (ácidos, minerales gastados) y forma la silueta (esbelta o con pelo). Pero la grasa, la celulitis, las calcificaciones y los lipomas (tumores grasos benignos), hinchan las células y deforman el organismo a medida que se deteriora la salud. Se debe procurar evitar su concentración eligiendo los hábitos de vida más adecuados.

3 – Principales funciones de la piel

            La piel es mucho más que una simple envoltura protectora. Es un órgano por derecho propio, cuyas funciones deben conocerse para comprender realmente las causas de las enfermedades que lo afectan. La piel de hecho juega varios papeles fundamentales entre ellos el de protección frente al exterior, regulación térmica, purificación, información y además, la piel tiene una innegable función psicosocial y "estética", por su color, su textura y sus "decorados".  

            Protección

            Verdadera interfaz con el mundo exterior, la piel cconstituye una barrera flexible y eficaz, que protege los órganos de la mayoría de las agresiones externas: infecciones, lesiones y rayos solares nocivos. Este es particularmente el caso UV de los que se protege, gracias a la presencia de melanocitos, produciendo melanina, este pigmento marrón antioxidante, que asegura el bronceado de la piel. Al aislar el medio interno del cuerpo, la piel también limita la pérdida de agua, mientras que es semipermeable a los líquidos externos (ungüentos, aceites esenciales, etc.). Finalmente, la piel juega un papel importante en la protección inmunológica del cuerpo humano, gracias a la presencia entre la epidermis y la dermis de la célula de Langerhans. Capaz de fagocitosis, ingiere restos celulares e incluso células cancerosas presentes en la epidermis. (5) .

            Regulación de la temperatura corporal

            Según su grosor, textura, color y vellosidad, la piel absorbe y emite más o menos calor, en particular el producido por la radiación solar (visible, ultravioleta o infrarroja). El organismo es capaz de adaptarse cambiando el color de la piel (bronceado, enrojecimiento) y secretando sudor. Este líquido ayuda a mantener la temperatura corporal a 37°, dependiendo de la temperatura exterior o interior del cuerpo (esfuerzo muscular o fiebre, por ejemplo). El enfriamiento de la piel se obtiene gracias a la evaporación en superficie y al frescor del aire ambiente. El sudor, compuesto esencialmente por agua (99%), contiene también vitamina C, minerales y ácidos (úrico, láctico, etc.). Es esta presencia de ácido láctico lo que atraería a los mosquitos. La sudoración está regulada por el sistema nervioso simpático. Hablamos de “sudor frío” cuando es causado por un estrés violento (miedo y terror).

            limpieza de sangre

            En la dermis se encuentran 2 filtros especializados en la depuración de la sangre, las glándulas sudoríparas y sebáceas, y una vasta red de capilares sanguíneos que contienen aproximadamente el 10% de la sangre de un adulto. Durante el ejercicio físico, o en un baño supercalórico (con agua muy caliente o aire muy caliente de la sauna), los capilares se dilatan, para permitir que la sangre elimine el agua y las toxinas contenidas en el sudor y el sebo.

            Las glándulas sudoríparas eliminan los productos de desecho solubles de la sangre (ácidos y minerales gastados), al igual que los riñones. El sudor producido es comparable en su composición a la orina, de modo que las sudoríparas representan el extraordinario número de 3 millones de pequeños riñones.

            Las glándulas sebáceas eliminan los desechos insolubles de naturaleza coloidal (ácidos grasos, desechos microbianos, etc.) que saturan la linfa. Estas 300 glándulas, por supuesto, secretan sebo que sirve como lubricante para la epidermis, pero también son comparables a los pulmones que eliminan la mucosidad (esputo) cuando la concentración de desechos “viscosos” es demasiado alta.

            El artículo sobre enfermedades de eliminación desarrollará estas 2 funciones vitales para la salud.

            Información sensorial

            Gracias a las numerosas terminaciones nerviosas contenidas en la dermis, la piel se dotado de extrema sensibilidad, especialmente en la punta de los dedos, que permite desde el nacimiento, explorando el entorno, desarrollar la delicadeza del sentido del tacto (textura, dureza, aspereza, etc.). Pero la piel también tiene otros tres tipos de receptores, que informan al cerebro sobre la presión, la temperatura y el dolor, para permitirle reaccionar adecuadamente a diversas situaciones de la vida.

            La piel es también el soporte de la acupuntura, las técnicas de masaje y la reflexología (pies, manos). Estos importantes temas serán desarrollados en otros artículos.

            Función psicosocial

            Con la mirada, la piel es el primer contacto que tenemos con el entorno relacional. Darse la mano, tomarse en los brazos, ofrecer un beso, son prácticas afectivas y sociales, que ponen en contacto la epidermis para testimoniar el nivel de afecto (amor, ternura, amistad) o simplemente la consideración social.

            La textura de la piel (color, suavidad, salud) juega un papel importante en la construcción de la personalidad y la autoestima, pero también en la luminosidad que cada uno ejerce espontáneamente sobre los demás. Desde tiempos inmemoriales, la piel ha sido soporte de marcas (deseadas o impuestas) de pertenencia a un grupo social (étnico, religioso o cultural). Según las civilizaciones, los tiempos y la edad, hemos tendido a esconder o exponer la piel a los demás. Para ello se han utilizado pinturas, tatuajes, piercings y la sociedad contemporánea utiliza los medios que ofrece la cosmética para “embellecer” la piel y realzarla, teniendo en cuenta su naturaleza (color, palidez, bronceado, cicatrices, arrugas…).

            Síntesis de vitamina D

            Expuesta a la luz solar, especialmente a los rayos ultravioleta de la mañana, la piel promueve, a partir del colesterol, la síntesis de vitamina D necesaria para el crecimiento de los niños, para la restauración ósea después de una fractura y durante toda la vida, para el equilibrio mineral de los huesos.

4 – Condiciones de la piel

            La dermatología es la especialidad médica que se ocupa de las afecciones de la piel. Los problemas pueden localizarse en una parte del cuerpo o extenderse por un área grande. Las causas suelen estar ligadas a un desequilibrio del biofilm cutáneo, pero la integridad de la piel puede verse alterada por agentes externos: microorganismos, picaduras de insectos, quemaduras, traumatismos y contaminación química, pero también ser la simple consecuencia de una necesidad de eliminar las toxinas contenidas en exceso en el organismo.

            Flora de la piel.

            La piel humana puede albergar microorganismos (bacterias, hongos, ácaros, etc.) que constituyen una flora cutánea más o menos permanente. Esta “microbiota” tiene una composición variable según el individuo, según la edad, el sexo, las actividades y el entorno. También varía según las partes del cuerpo: manos, cuero cabelludo, cara, axilas, espalda, pubis... Se estima que la piel de un adulto puede albergar en ocasiones hasta mil billones de bacterias de diferentes especies, que se alimentan de desechos. productos liberados por la piel y diversas secreciones. Esta alta presencia plantea un problema de higiene, para utilizar cuidados de higiene efectivos, sin perturbar esta micro-biota natural.

            Trastornos comunes de la piel

            Los microorganismos de la flora cutánea pueden volverse patógenos debido a un desequilibrio del medio cutáneo, causado por un exceso de suciedad o limpieza, pero también por un producto químico o una lesión.

            Las células muertas (caspa) que se acumulan en la epidermis, mezcladas con sebo, sudor, polvo, tierra y diversas sustancias (crema, maquillaje, etc.) pueden formar una capa que favorece el desarrollo de microorganismos (bacterias, ácaros), probable que produzca un olor característico muy desagradable.

            El "decapado" excesivo con un exfoliante o el uso de productos de limpieza demasiado agresivos (biocidas, antibióticos o cosméticos) neutraliza el sebo y mata los organismos protectores de la piel. Esto puede resultar en una proliferación repentina de hongos, lo que lleva a la micosis.

            Los productos químicos en contacto con la piel pueden causar picazón o reacciones alérgicas. Este es el problema que vive Norbert (68), que padeció urticaria reactiva durante varios días. “El año pasado compré una camiseta en oferta y me la puse de inmediato porque me pareció bonita. Hacía mucho calor todo el día y sudé mucho. Por la noche mi piel estaba cubierta de manchas rojas y tenía una picazón insoportable, lo que me llevó a consultar a un médico. Me obligaron a tomar un antihistamínico, yo que nunca tomo medicación. Fue al día siguiente que entendí la causa de mi problema. Mi piel reaccionó violentamente para defenderme del fungicida rociado sobre la camiseta para protegerla del moho. A partir de ahora, sea cual sea el origen de la confección, ya no me olvido de lavar y planchar la prenda antes de ponérmela. Puedes aprender a vivir a cualquier edad.

            – Las alteraciones hormonales durante la adolescencia, pueden aumentar la secreción de sebo (lubricante natural de la piel sana) dando lugar a una piel más grasa y gruesa. Esta piel reduce la aparición de arrugas porque el sebo ayuda a mantener la epidermis húmeda, pero la piel grasa es más propensa a producir granos de acné en la cara o poros obstruidos llamados “puntos negros”. Además, un desengrasado excesivo puede agravar la secreción de sebo, por lo que se recomiendan cosméticos suaves sin alcohol y con un pH adaptado a las personas con piel grasa.

            Problemas de eliminación

            Cuando la producción de toxinas es muy elevada, el organismo pondrá las condiciones para preservar el equilibrio de los diversos constituyentes del medio interno favoreciendo la eliminación del exceso de toxinas que no podrían ser expulsadas de forma normal y diaria. Si la energía nerviosa es suficiente, la piel puede servir de emuntorio. La mayoría de las "enfermedades" de la piel (eccemas, psoriasis), son en gran medida consecuencia de la necesidad del organismo de depurar el medio interno. Un artículo desarrollará este tema.

            Otras condiciones

            Estos pueden ser de causas locales o el reflejo de una afección más general. Es el caso, por ejemplo, de la esclerodermia (induración de la piel), las infecciones por hongos parasitarios (sarna) o microbianas (impétigo), la deficiencia local o ausencia de pigmentación (vitíligo, albinismo), por no hablar de los tumores de la piel, ya sean benignos ( lipoma, angioma) o más graves (melanoma y cáncer).

5 – Criterios para una piel sana

            Una piel sana y bien hidratada tiene una epidermis flexible, limpia y tersa, que recupera inmediatamente su lugar después de ser pellizcada entre el pulgar y el índice. Su pH ácido se conserva bebiendo diariamente agua ligera y bastante ácida (agua de ósmosis inversa o de fuentes luminosas, como Montcalm o Mont Roucous) y lavándose con filtrado, porque el agua de red en Francia es muy básica con un pH cercano a 8. El uso de jabones y productos cosméticos también podría influir negativamente en este pH haciéndolo más básico y modificando la naturaleza de la microflora cutánea.

            La piel sana, que refleja salud, debe ser mantenida por diversas actividades naturales, en particular la sudoración (agua caliente de baños o aire caliente de sauna), fricción con un guante de crin, unciones aromáticas con aceites esenciales, baños de aire, sol y mar, actividad muscular moderada, masajes, etc. En revanche, une peau sèche, craquelée, épaisse, froide, couverte d'excroissances (verrues, crasses sénile …) ou de maladies (eczéma, rougeurs, démangeaisons …), témoigne d'une santé défaillante, qu'il faut corriger au plus pronto.

1 – Dr. Jean-Pierre Césarini, La piel, Qué sé yo, edición PUF, París.

2 – Ver el artículo sobre productos de higiene.

3 – Pierre Valentin Marchesseau, La piel, cuadernillo n°19, edición de autor, Spirvie-Natura.fr.

4 – Dr. JP Césarini, La piel, p. 28 y 5 – Dr. JP Césarini, p. 34.

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